Se cumplen 10 años de Cómplices, una iniciativa de Vibra Mahou en la que se producen encuentros entre artistas que comparten escenario e incluso canciones. Fueron Rozalén y Shinova quienes dieron el pistoletazo de salida en esta nueva edición. Y fueron Viva Suecia y Candela Gómez quienes nos hicieron disfrutar el pasado martes 7 de noviembre en la segunda cita de este emocionante ciclo de conciertos desde el Teatro Barceló de Madrid.
Ya adelantaba Arturo Paniagua, de nuevo presentador del evento, que nos llevaríamos un gran recuerdo de aquella velada y que podríamos disfrutar de alguna sorpresa.
Y sin más preámbulos dio paso a la primera artista de la noche: Candela Gómez (@candelagomex), una joven promesa del pop español que, con tan solo 18 años, tiene un gran talento como compositora e intérprete y utiliza su música como forma de expresión, para entenderse y liberarse. Salió al escenario acompañada de su guitarra y, más tarde, se unió su banda: Miguel Blanes a la guitarra (@miguelmentira), Álex de las Heras a la batería (@alexdelasherasr) y José Á. López (@josesiberia).
A pesar de cantarle sobre todo al amor, Candela no solo fue capaz de quedarse sola en el escenario y cantar canciones con melodías lentas que provocaron el silencio de los asistentes, como en ese principio de No es que no te quiera, canción con la que comenzó a darse a conocer, o Papel de fumar, donde habla del miedo a hacerse mayor, de la ansiedad y de no cumplir expectativas; sino que, además, dejó claro que es capaz de hacer canciones que se acercan a un pop más cañero como Amores de cuchillo, Mejores amigos (canción de Paula Koops en la que colaboran tanto ella como el artista catalán Marmi) o Metanoia, tema final en el que Rafa Val (Viva Suecia) salió al escenario para colaborar con la artista alicantina que se despedía del público madrileño agradeciendo la acogida en uno de los días más importantes de su vida y el trabajo del equipo que confía en ella y ha apostado por su música.
En el intermedio, A. Paniagua decía que Mahou apuesta por los conciertos en salas, porque es ahí donde todo cobra sentido y donde la energía fluye. Y no podemos estar más de acuerdo, porque, a pesar de que la crew de Viva Suecia comenzó a montar un set aparentemente tranquilo e íntimo (sillas para todos los componentes del grupo), una vez que comenzaron a tocar sus canciones, el ambiente se cargó de la energía que caracteriza al grupo murciano.
En pleno parón previo a sus esperadas citas con todo agotado en el Sant Jordi Club de Barcelona (9 febrero) y en el Wizink Center de Madrid (2 de marzo), los chicos de Viva Sucia reservaron esta fecha para hacer un repaso por su discografía y hacer vibrar el Teatro Barceló. Pudimos escuchar los ya considerados himnos A dónde ir, Bien por ti (una canción que ellos mismos definieron como «muy especial» en la historia del grupo) y Amar el conflicto, con gritos de «¡Viva Murcia!» entre el público y la respuesta «¡Viva Madrid!» de Rafa Val, en agradecimiento a la buena energía que sentían desde el escenario. En esta ocasión y como ya hemos visto en otros conciertos, el cuarteto habitual estuvo acompañado por los músicos Rodrigo Cominero (teclado) y Esdras Boyajian (saxo), dos suecos más que completaron el sonido de esta banda que en los últimos años ha mejorado de forma exponencial tanto en la parte vocal como en la instrumental.
Con la fuerza y el toque misterioso que caracteriza sus letras, quedó patente la energía de la que hablaba A. Paniagua: en La voz del presidente, el público, totalmente entregado, gritó a pleno pulmón eso de «Somos la rabia que nos han obligado a sentir». Otro ejemplo fue Justo cuando el mundo apriete: la canción había terminado y los asistentes corearon una vez más el estribillo, acción a la que decidió unirse de nuevo la banda, demostrando, de nuevo, la complicidad que tienen entre ellos y lo que disfrutan de esa conexión con sus seguidores.
En El bien y Gracias Rafa se sentó al piano, en contraposición de lo que ocurría en Lo que te mereces, donde tanto él como Jess Fabric, bajista, no pudieron contener el entusiasmo y se acercaron al público, emocionados.
Como penúltima sorpresa de la noche, los chicos de Viva Suecia invitaron a Candela a colaborar en Hablar de nada —para mí una de las más bonitas de su último disco El amor de la clase que sea (Universal Music, 2022)—. Fueron muy acertadas las palaras con las que A. Paniagua despedía este concierto: Viva Suecia es ya una de las mejores bandas de nuestro país y Candela Gómez es una brillante promesa que tiene mucho que decir aún. Como broche final y emocionante recuerdo de esta bonita velada, pudimos disfrutar de una inesperada interpretación conjunta del mítico tema La playa de La Oreja de Van Gogh (El viaje de Copperpot, 2000).
Siempre es un placer escuchar las canciones y el buen hacer de Viva Suecia y esperar para ver y, ¡cómo no!, escuchar qué es lo que vendrá después, porque si algo tenemos claro es que no pararán de hacer música y de hacernos disfrutar con ellos en cada directo.
Gracias, Vibra Mahou, por una noche mágica de música compartida. ¡Por muchas ediciones más siendo cómplices!
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Texto: Macarena Luna
Foto: Merche A.
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