Elefantes aparecen en el escenario de la madrileña sala Penélope a las nueve y cuarto de la noche – la apertura de puertas fue a las 20:30 horas, tal y como se había anunciado en los carteles – bajo los sones del tema “Rinoceronte”, que da título al último disco de la banda de Barcelona -integrada por Juan Manuel Álvarez Puig «Shuarma», Hugo Toscano, Julio Cascán, y Jordi Ramiro- que se conjuran en torno al batería y que se lo vuelven a pasar muy bien ellos encima de las tablas y eso siempre se transmite – y hacen disfrutar a un público entregado, pero sin estridencias más allá de un ¡guapo! y piropos similares dirigidos al vocalista del grupo… pero de Shuarma hablaremos después.
Con un repertorio en el que intercalaron tanto temas de su último disco «El Rinoceronte» como otros de anteriores LP, que hicieron vibrar y cantar – con regular afinación, quizá más movidos por el sentimiento que por la calidad vocal – a un público que incluía a quiénes fueron seguidores fieles de la anterior etapa de Elefantes y otros más jóvenes.
«Aún más alto», «Escuchar al viento» y «10.000 formas» del último elepé calentaron un ambiente ya mágico de por sí, que se hizo más agradable cuando en la sala respondieron a la petición de Shuarma de encender el aire acondicionado y propició una sensación más agradable en la pista de Penélope.
«Se me escapa el tiempo» del disco Azul (2000) sirvió como muestra del retorno de un grupo, que interrumpió su actividad conjunta durante cerca de diez años, que ahora, vuelve a casi igual que antes, sin perder la esencia original pero como más elaborado, lo que viene a ser como los buenos vinos… Y siguiendo con el símil vinícola, el gran reserva llegó con las notas de «Que yo no lo sabía», quizá la canción más conocida de la anterior etapa del grupo barcelonés.
Vuelta al repaso a canciones de disco que ha supuesto la vuelta de Elefantes como «El sueño» y «Equilibrios» y otra de las de anteriores trabajos como «Por verte pasar» del disco «La forma de mover tus manos». Y entonces uno de los momentos fuertes con el tema «Se me va», escrito por Manuel Alejandro, y que ha sido versionado por otros artistas, pero que en la personalísima voz de Shuarma exalta aún más, si cabe, la belleza y los sentimientos de la letra del autor jerezano. Y es que el carisma y la interpretación de la voz de Elefantes es algo que llena el escenario, es todo ARTE con mayúsculas, eso sí manteniendo esa expresión de «niño bueno» que sorprende y que se sorprende, pero que en el fondo, se las sabe todas…
Y después de esto, pues lo único que podía ocurrir es que «se escapara el aliento», al menos un momento para dar paso a otro corte de «El rinoceronte» como es «Descargas eléctricas», la canción que Shuarma dedicó a los no bendecidos por Cupido, después de preguntar si entre los asistentes había gente que estuviera enamorada, y que fue un derroche de expresividad y sentimiento más en un público que bailoteaba y tocaba palmas a petición del vocalista.
Continuaron con «Abre más ancho el camino» y» Me llega información» en la que destacan los coros de Hugo Toscano en uno de los temas más cañeros para llevar al cierre del concierto con «Somos nubes blancas». Cierre en falso, como todos los conciertos que se precien, porque faltaban los bises, con canciones imprescindibles en la discografía de este grupo barcelonés como «Piedad», «Al olvido» y «Azul», que fueron coreadas por el auditorio que llenaba Penelópe, quiénes acabaron las copias del último trabajo de Elefantes y menguaron también las existencias de otros trabajos anteriores como «El hombre pez» del puesto de «merchandising».
«Pretendes» cerró el paso de Elefantes por esta sala madrileña. Este tema, de una de las primeras maquetas que, según relató el propio Shuarma, sirvió para darles uno de los primeros salto a lo que un día fueron y hoy siguen siendo una de las grandes bandas de este país. Elefantes y su «Rinoceronte» han regresado para llenar de sonidos fantásticos y vibrantes las selvas nuestras de cada día.
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Texto: M.J. Regueras Lacuna Fotos: M. Araujo
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